¿Por
qué te has ido, Infancia de mis sueños?
¿Cómo
pudiste haberme dejado sola
en manos de la turbulenta
adolescencia?
¡Niñez! ¿A dónde fuiste hermana de mi vida?
¿Por qué me dejaste sola en un mundo pequeño,
en donde siento que no quepo?
¡Dime
ahora por favor si estoy equivocada!
Porque tal vez fui yo la que te abandoné
y en mi memoria te dejé.
Explícame, Infancia por qué me traicionaste.
¿Por qué le dijiste a la
adolescencia
que cada
día me robara un poco de inocencia?
Dime
qué debo hacer para que me perdones,
por haberte insultado y pedido que
te fueras
para siempre y no
volvieras.
Fuiste mi mejor
amiga,
junto a ti podía hacer
todo lo que quisiera,
porque tú
nada sabías de modales o etiqueta.
¡Qué
divertido era estar contigo!
¿Recuerdas
esas tardes de verano
cuando jugábamos a la
mamá y a las muñecas?
¿Recuerdas cuando me cuidabas tanto
y no me
permtías caminar o subir las escaleras?
Tanto
me entregué a ti,
que el mundo jamás
conocí,
mucho menos la calumnia,
la realidad o la maldad.
Pero
por favor, dile a la nostalgia que se vaya,
que me deje en paz,
que no me haga
sufrir
recordándome cando estabas aquí.
Fue
una noche de verano
cuando me dejaste.
Te fuiste misteriosamente,
dejando
escrita tu despedida con mi propia sangre.
Ahora
que te fuiste,
piensa que esto no se quedará así.
Te buscaré hasta encontrarte
y traerte de nuevo a mí.
Junio
2005