martes, 25 de junio de 2013

No está en chino‚ sólo en verdulero


“No es que hable como verdulera‚ lo que sucede es que hay gente que sólo entiende en idioma verdulero”‚ así le respondí hoy a una amiga cuando me regañó por usar las palabras que forman parte de mi trompabulario cotidiano.

Sé que mi a amiga no le gusta escuchar ese tipo de vocablos‚ pero lamentablemente un “muévete pendejo” me salió del alma cuando no podíamos avanzar en el coche porque delante de nosotros un señor de camionetota no se movía por estar platicando con el conductor de otro coche cuando el semáforo ya llevaba varios segundos destellando esas luces de color verde que a todos nos encantan.

Me disculpé con mi amiga‚ quien por cierto se llama Brenda‚ pero justifiqué mi léxico explicándole que hay personas que sólo entienden así‚ y se lo demostré: A ver Bren‚ si a alguien le dices que lo vas a golpear ni se mueve‚ pero si lo amenazas con que lo vas a agarrar a madrazos‚ inmediatamente corre a su escondite o prepara los suyos para defenderse.

Puse varios ejemplos‚ pero Brenda rebatía casi todos al decir que debemos procurar resolver las cosas sin groserías. Lo sé‚ le dije‚ pero hay instancias de la vida done no se aceptan palabras más allá de los vocablos verduleros. 

Entiendo la forma de pensar de Bren‚ de alguna forma yo antes era de la misma idea‚ pero cuando me vine a vivir a la Ciudad de México fue que me vi en la necesidad de aprender‚ y no tuve que buscar un curso en Berlitz de verdulero básico‚ sino que aprendí solita con un poco de ayuda de los microbuseros y de las señoras de los puestos de licuados.

No es que necesitemos en este país a más verduleroparlantes‚ le dije a Bren‚ pero si sería bueno que estudiaras un poco de este idioma. Le recomendé que se diera una vuelta en la mañana por la Merced‚ pues ahí las clases son gratis‚ o que si no quería levantarse tan temprano podía sentarse justo detrás del conductor de cualquier ruta de transporte público para escuchar con atención la forma como habla el conductor con sus compañeros o por celular.

El verdulero no sólo es una manera corriente de hablar‚ sino todo un código digno del estudio; se parece al chino en que es una lengua tonal donde las palabras y frases tienen un significado diferente dependiendo del tono en el cual se pronuncian: ¿A poco no significa algo totalmente diferente un “puta madre” cuando lo dices pelándote con el auto de junto o cuando lo gritas feliz de la vida en medio de una fiesta?

Es increíble ver como el número de verduleroparlantes crece y se ha entrometido en los estratos más altos de la sociedad‚ y me consta‚ pues tengo amigas de la Universidad Iberoamericana que lo hablan con la fluidez de su lengua materna‚ hasta he llegado a pensar que en ese tipo de escuelas les dan clases de verdulero como materia optativa para que lo conozcan a la hora de salir al mundo real.

El hecho de que el verdulero se hable cada vez en más lugares es una victoria del proletariado en términos de Marx; el lenguaje es un espacio donde la clase oprimida ha ganado terreno. Pero a todo ésto‚ no vayan a pensar que los estoy exhortando a que dejen a un lado su hablar culto y lo sustituyan por el vedulero‚ sólo hago una reflexión con la finalidad de comprender el porqué muchos veces utilizamos este lenguaje‚ porqué optamos por expresarnos en esta forma de hablar tan transparente que rara vez permite ocultar las emociones.